Comandante, padre de
nuestra patria que gracias a tus luchas y el enseñarnos a ser buenos
ciudadanos, ahora nos ayudamos como hermanos. Eres un valiente, llevando
siempre tu frente bien en alto, con el sueño de cumplir lo que Bolívar juró, conseguir
la independencia de un pueblo lleno de esperanzas el cual lo espera con ansias.
Tú, Comandante invicto que nos llenas de fuerzas y esperanzas. Tú, Rayo de
América con tu rectitud e hidalguía has logrado tu misión de libertar este
continente.
Tus bendiciones son mi
fortaleza tu enseñanza un estandarte, tu doctrina el decálogo que me impulsan
en el camino; y donde quiera que vaya me cobijarán tus sentimientos.
En esta nueva batalla por la
vida Comandante, estoy plenamente seguro que nuevamente vencerás porque eres la
llamarada de este continente, y no hay lugar para la derrota.
Comandante, tu y este pueblo
están escribiendo las gloriosas páginas de nuestra historia, tu dignidad de
hombre valiente reivindica a los pueblos del mundo para hoy y para siempre, por
eso volverás a vencer.
Tú nos enseñaste a estar llamados
a andar a otros niveles. Será el nivel del Chimborazo, el nivel de Bolívar, el
nivel del pueblo, ese pueblo que canta lleno de amor por tu pronta recuperación.
Ese es nuestro nivel y sin duda alguna, que tu Comandante con tu amor, con tu
creación, pues, nos llevas a esos niveles. Tu, Rayo de América, nos llevan a
esos niveles, a la cima del Chimborazo, para luchar con altura, con esa fuerza
moral.
Nosotros triunfaremos contra
el odio, con amor la pasión de este pueblo nos sostendrá.
Nosotros venceremos.
La primera carta que escribí al Comandante Chávez comenzó con el pensamiento
de Neruda a Bolívar, hoy en esta segunda parte culmino parafraseando: ”Chávez nuestro
que estás en la tierra, en el agua, en el aire de toda nuestra extensa latitud
silenciosa, todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada”.
Nunca olvides la vieja copla sabanera que siempre declamas, la
recogió don Rómulo Gallegos y la llevo a una de sus novelas, eso anda en las
sabanas desde siglos, aquello que dice:
"Yo soy como el
espinito,
Que en la sabana florea,
Le doy aroma al que pasa,
Y espino al que me menea".
Que en la sabana florea,
Le doy aroma al que pasa,
Y espino al que me menea".
¡Vivirás y Vencerás!
Pa’lante Comandante