viernes, 4 de febrero de 2011

4F rescató la dignidad nacional


Esta rebelión en contra del gobierno de Carlos Andrés Pérez se organizó en el Plan Zamora, llevado a cabo por un grupo de militares del Movimiento Bolivariano MBR 200, dirigido por el teniente coronel Hugo Chávez Frías
El 4 de febrero de 1992 Venezuela dejó de soñar, y se empeñó en construir una nueva realidad. El desarrollo de la rebelión militar encabezada por soldados de pueblo, fortaleció el rescate de la dignidad nacional y se consolidó con un liderazgo fresco, solidario, oportuno y fraternal conducido por Hugo Rafael Chávez Frías, quien acabó con la falta de esperanzas de la Cuarta República.

El movimiento militar del 4 de febrero se produjo contra el régimen del ex presidente Carlos Andrés Pérez, quien dirigía un gobierno impopular, inscrito en políticas neoliberales, marcado por profundas desigualdades sociales y por la masacre del Caracazo del 27 de febrero de 1989.

El líder del movimiento del 4 de febrero de 1992, Hugo Chávez, resaltó que la rebelión contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, tuvo su epicentro en el pensamiento profundo y emancipador del Libertador Simón Bolívar.

Esta rebelión cívico-militar encarna una esperanza para Venezuela, América Latina y el mundo entero y no podrá ser desviada de su carácter revolucionario, como pretenden algunos grupos oligarcas, apoyados por el imperio estadounidense.



Para el líder de la Revolución Bolivariana la miseria en la que tenían sumergido al pueblo los gobiernos de la Cuarta República fue el motor inspirador para llevar a cabo la rebelión militar.

Hace 19 años comenzó la agonía y muerte del Pacto de Punto Fijo y una nueva historia basada en los principios ideológicos del libertador Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez que hoy día se define en beneficios directos para el pueblo venezolano.

Plan Zamora y Movimiento Bolivariano MBR 200
La noche del 3 de febrero Carlos Andrés Pérez llegó a Maiquetía procedente Davos, Suiza, donde en nombre "de los seres que viven en condiciones de pobreza" habló de la necesidad de abrirse a la inversión extranjera, eliminar controles estatales y privatizar los servicios públicos. Horas más tarde, en la madrugada del 4 de febrero, se dirigió al país desde Venevisión no para hablar de los resultados macroenómicos del "plan de ajuste" sino para informar sobre la rebelión militar que lo había obligado a salir de Miraflores.

Esa madrugada a la planta televisora de la familia Cisneros llegaron políticos como Luis Alfaro Ucero y Claudio Fermín, de Acción Democrática; Rafael Caldera, Eduardo Fernández, Hilarión Cardozo y Luis Herrera Campins, de Copei; Teodoro Petkoff, del Movimiento al Socialismo (MAS), entre otros, a darle su apoyo a CAP.

La escena se repitió posteriormente en Miraflores, donde según la Revista Bohemia de febrero de 1992, todos los políticos que llegaban repetían las mismas frases: “se trata de unos facinerosos”, “han puesto en peligro el sistema democrático”, “los partidos estamos firmemente respaldando al sistema”.

Esta rebelión en contra del gobierno de CAP se organizó en el Plan Zamora, llevado a cabo por un grupo de militares del Movimiento Bolivariano MBR 200, dirigido por el teniente coronel Hugo Chávez Frías.

Los soldados bolivarianos lograron tomar las ciudades de Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto y Maracaibo. Sin embargo, la insurrección fue sofocada por las tropas gubernamentales y en la mañana del 4 de febrero Chávez asumió ante las cámaras la responsabilidad de los hechos e invitó a sus compañeros a deponer las armas.

Horas más tarde, Francisco Arias Cárdenas, otro miembro del MBR 200, se rindió en Maracaibo. Después de ese hecho se aprobó en Consejo de Ministros la suspensión parcial de las garantías constitucionales, lo que posteriormente generó un improvisado debate en el Congreso Nacional.

Los diputados de Acción Democrática (AD), Copei, Movimiento al Socialismo (MAS) y Nueva Generación Democrática dieron el visto bueno a la moción que condenaba “los hechos criminales en contra del régimen”, mientras que la Causa R y el Partido Comunista de Venezuela (PCV) se abstuvieron de votar.

Esa tarde el abogado adeco David Morales Bello lanzó su condena "Muerte a los golpistas", frase que fulminó definitivamente su vida política.

Rafael Caldera, en ese entonces precandidato presidencial de Copei, expresó que no había percibido en el “sentimiento popular” una reacción “entusiasta, inmediata, decida, abnegada” en defensa de las instituciones, a las que, según su discurso, devoraba “el morbo terrible de la corrupción”.

“Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y la democracia cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer”, agregó Caldera, quien gracias a esta intervención televisada ganó la presidencia con el partido Convergencia en 1994.

Otro copeyano presente, Hilarión Cardozo, expresó que esa tolda política, al igual que lo había hecho en 1958 en el Pacto de Punto Fijo, dejaba atrás las “diferencias” para apoyar a AD. “Copei ha estado al lado del Presidente Pérez y le ha acompañado”, afirmó.

Aristóbulo Istúriz, diputado por la Causa R explicó que, al igual que Caldera, había salvado su voto porque el verdadero golpe de Estado lo había dado el gobierno de CAP al privatizar la CANTV en 1991. Además, agregó que la clase política venezolana carecía de respaldo popular por lo que no podía convocar al pueblo para que enfrentara el golpe.

A las 6:00 de la tarde de ese 4 de febrero el entonces presidente se dirigió nuevamente al país, y aunque afirmó que "una situación similar no volverá a repetirse en Venezuela", el "por ahora" de Chávez se concretó seis años después con el triunfo de la Revolución Bolivariana.

1 comentario:

  1. muy buen articulo camarada, desde ese dia la historia cambio nos enseñaron a ser un pueblo rebelde.

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