sábado, 4 de febrero de 2012

Habla el Mayor Rubén Ávila, el hombre que manejaba la tanqueta que ingresó a Miraflores el 4F

7 2 Habla el mayor Rubén Ávila, el hombre que manejaba el tanque que ingresó a Miraflores el 4F (Especial NAD)

El Mayor Rubén Ávila era teniente cuando a bordo de su Dragón 300 de combate abrió los accesos a Miraflores // Foto: Stevens Novsak

Dos imágenes se han convertido en símbolo de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992, la primera es la del comandante Chávez, pronunciando su famoso discurso del “Por ahora”, la segunda, la de un tanque que en medio de la oscuridad derriba las puertas del Palacio de Miraflores. Conversamos con el hombre que iba dentro del blindado, quien narró detalladamente los sucesos que vivió ese día.

El teniente del ejército, Rubén Ávila Ávila, recién había egresado de la Academia Militar en el año 85, era lo que el comandante Chávez llamaba “un centauro”, y a pesar de su corta edad, las circunstancias históricas lo pusieron en una situación en la que debió escoger entre arriesgar su vida al enfrentar sin municiones a un enemigo invencible o retirarse del campo de batalla. Ávila eligió la primera.

El Capitán Gerardo Márquez, informó a las 7.30 de la mañana al teniente Ávila, quien estaba en las residencias de los oficiales en curso dentro del Fuerte Tiuna, que el plan de operaciones Zamora se pondría en marcha esa misma noche.

De inmediato la sangre empezó a circular más rápido, pues Ávila sabía exactamente lo que eso significaba.

Después de participar en un curso de tácticas de ingeniería que estaba recibiendo junto con un buen número de oficiales que al igual que él, estaban comprometidos con la causa; Ávila se dirigió a verificar el estado de los tanques. El capitán Suárez Montes, comandante de compañía del batallón Ayala, le informa que los mismos están operativos.

A las tres de la tarde, Ávila se entera de una traición que cambiaría los planes. Un oficial había delatado la operación; por lo que no estaba seguro de si los comandantes darían la orden del ejecútese.

Al teniente Ávila se le asignan 6 subtenientes para la toma del batallón Ayala, y espera pacientemente la orden definitiva. A las once de la noche, llega a la compañía una camioneta en la que venían los capitanes Rojas Blanco la Cruz, Rojas Suarez, Martínez Rivero “Guaispati” y Aguilares Borjes, entre otros oficiales, quienes confirman el inicio de la acción.

tanque Habla el mayor Rubén Ávila, el hombre que manejaba el tanque que ingresó a Miraflores el 4F (Especial NAD)

Rubén Ávila tomó el batallón de tanques Ayala con otros 6 subtenientes

Después de darles una arenga a los soldados, el teniente Ávila con ayuda de varios hombres revienta los candados de donde guardaban los tanques y sacan tres unidades a la calle. Inicialmente deberían dirigirse hasta La Casona, no obstante, en vista de la delación deciden cambiar la misión y se enrumban hacían Miraflores por ordenes de Rojas Suárez.

Cuando llega a Miraflores había fuego cruzado entre los insurrectos y las fuerzas leales al gobierno de Carlos Andrés Pérez. Ávila se perfila para disparar, pero para su sorpresa el tanque no tenía percutor.

“Sentí demasiada impotencia en ese momento, estaba en medio de la balacera, nos estaban cayendo a plomo parejo y ese tanque no disparaba. Si le hubieran dado buen mantenimiento el tanque hubiera disparado, pero no se accionó ni electrónica, ni manualmente”, cuenta el Mayor Ávila, quien actualmente se desempeña como director de Planimara y presidente de la zona franca de Paraguaná.

En eso, Ávila cambia de tanque con otro teniente y se dirige nuevamente a la zona de combate. Para su sorpresa, el teniente nuevamente se encuentra con el tanque no dispara. La frustración ya era demasiada.

atentadocontraperez500 400x300 Habla el mayor Rubén Ávila, el hombre que manejaba el tanque que ingresó a Miraflores el 4F (Especial NAD)

Tanque en las escalinatas de Miraflores

No obstante, junto al teniente Carlos Noguera, quien era su acompañante, decide arremeter en contra del Palacio, a pesar de no tener armas, y empiezan a abrir todos los accesos con el tanque.

Luego dirige el blindado Dragón 300 hasta las escaleras del Palacio Blanco, pues dos soldados estaban disparando desde allí. “Si no tienes armamento antitanque y ves uno que dirige la torre hacía ti, ten por seguro que lo que vas es a correr” comenta Ávila, y en efecto eso fue lo que hicieron los soldados.

“En el video aparece como si le estuviera dando golpes a las puertas, lo que pasaba es que al tanque no le funcionaban los servifrenos, y lo que estaba haciendo era tratando de estabilizar el tanque”, aclara el Mayor.

Antes de envestir en contra del Palacio, Ávila vio a quienes grabaron el video, y luego de abrir la escotilla les dijo: “Esto es plomo real, váyanse de aquí, hay un golpe de estado en marcha”, pero los jóvenes no hicieron caso. 20 años después, Ávila está ansioso pues por primera vez podría rencontrarse con los que grabaron el famoso video, gracias a la intermediación del documentalista Carlos Azpurúa.

Después del incidente de Miraflores, Ávila tomó rumbó hacía La Casona donde un vehículo de la DISIP bloqueaba el paso de los rebeldes, así que le pasó por encima a la camioneta.

“Luego fui a La Carlota, me dirijo hasta el comandante Yoel Acosta Chirinos y le informo que estoy allí con un tanque. Él me dijo que estaban teniendo problemas con el destacamento de la Guardia, que no se querían rendir, así que fui hasta allí, ellos no sabían que el tanque no disparaba, y yo hice los comandos de disparo como si fuera a disparar, y a los minutos salieron rendidos”, cuenta.

t imagen nota de prensa 4f mundial zulia 955 Habla el mayor Rubén Ávila, el hombre que manejaba el tanque que ingresó a Miraflores el 4F (Especial NAD)

Capitán Rubén Ávila es condecorado por el presidente Chávez

Posteriormente Ávila le deja el tanque al teniente Noguera para que se fuera con el comandante Chirinos, mientras él se quedaba ayudando a la defensa de La Carlota. Allí resistió a las fuerzas leales a Pérez, irónicamente, con los mismos soldados de la Guardia Nacional que minutos antes había hecho rendir. “Para mi sorpresa ellos se plegaron a nosotros y dispararon con nosotros”.

A media mañana, los soldados se rehusaban a deponer las armas, pero finalmente el teniente Ávila ayudó a convencerlos de que tenía que ser así, pues ya era claro que los objetivos no habían sido alcanzados, y había que terminar con el derramamiento de sangre. “Para todos nosotros era muy duro aceptar la derrota militar”, agrega.

Dos décadas después, Ávila reflexiona sobre sus acciones de aquel día y asegura que no se arrepiente de ninguna de ellas, pues está consciente de que su labor como soldado de la patria ayudó a cambiar para siempre la historia de Venezuela.

3 comentarios:

  1. ¡ Así se encontraba todo el parque Militar,muy distinto a lo que ahora tienen las Fuerzas Armadas Bolivarianas !

    ResponderEliminar
  2. Todavía quedan militares honestos, solo están esperando por un comandante que los lidere. Estén pendientes, no podemos abandonarlos como hizo la gente en el 92. Está en nuestras manos el salir de esta pesadilla.

    ResponderEliminar
  3. Algún día, cuando se revisen y auditen sus cuentas y bienes opinaré sobre ud porque hay demasiado militar de aquellos tiempos enriquecidos ilegalmente o sea resultaron peor muchísimo peor de lo que supuestamente querían combatir. SIENTO UN ASCO INFINITO POR ELLOS

    ResponderEliminar